¿Por qué puede ser tan importante reciclar?

Global Recycling Foundation señala muchas ventajas, pero al final se resumen en una global, la conservación de los recursos naturales, reduciendo la sobreexplotación de los recursos naturales y protegiendo así los Bio-hábitats. Además, reduce el consumo de energía, economizando costos ya que los productos reciclados prescinden de varios pasos imprescindibles en el proceso de fabricación. Cabe destacar que para procesar o transformar materiales reciclados se necesita mucha menos energía ya que estos tienen algunas fases adelantadas que no son necesarias en los productos nuevos los cuales requieren más energía para extraer, refinar, transportar y procesar materias primas.

Algunos datos estadísticos aportados por el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, “determinan que se precisa de 95% menos de energía para reciclar aluminio que para fabricarlo a partir de materias primas, y que el uso de acero proveniente de chatarra en lugar de mineral virgen para fabricar acero nuevo requiere un 40% menos de agua y genera un 97% menos de desechos mineros”. “El acero reciclado ahorra un 60% de energía en la producción; los periódicos reciclados, un 40%; los plásticos reciclados, un 70%; y el vidrio reciclado, un 40%”.

Al evitar los procesos de extracción, transporte, almacenaje y conversión de materias primas en productos finales, se reducen a su vez la explotación de minas, canteras y bosques, evitar procesos como el refinado y la transformación industrial de esas materias primas, derivando en gran ahorro de energía, y contribuye notablemente en la disminución de la emisión de gases como el dióxido de carbono (CO2, un potente gas de efecto invernadero y principal causante del calentamiento global), además de la contaminación del aire, el suelo y el agua.

Imagínense la importancia del Reciclaje y el gran negocio que representa, que, en Reino Unido, gracias a la utilización de materiales reciclados se evita la emisión de aproximadamente 18 millones de toneladas de CO2, para que se hagan una idea eso equivale a retirar de circulación unos cinco millones de automóviles.

 El tesoro de la basura

“Las materias reciclables deben ser consideradas el séptimo recurso más importante del planeta, detrás del agua, el aire, el carbón, el petróleo, el gas natural y los minerales”. Según señala Global Recycling Foundation, y «La industria del reciclaje, además de promover la sostenibilidad, agregaría alrededor de 850.000 millones de dólares al PIB global para el 2025».

Menos vertederos, más trabajo

El reciclaje de vidrio, papel o plástico también retira de la circulación una enorme cantidad de basura que, en caso contrario, acabaría en los vertederos, sean controlados o incontrolados. Estas enormes acumulaciones de desechos que manchan el mapa tanto de países desarrollados como en vías de desarrollo, producen emisiones de metano, otro potente Gas de Efecto Invernadero GEI, y contaminan suelos y aguas subterráneas.

Otra de sus ventajas e incentivos a la inversión tanto pública como privada es que el sector se consolida como una fuente de empleo en todo el mundo. Solo en Estados Unidos genera unos 757.000 empleos al año (36.000 millones de dólares en salarios), según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), mientras en España el empleo ha crecido un 18% de 2016 a 2020. La Unión Europea calcula que pasar del 42% del reciclaje de residuos generados, el nivel actual, al 70% podría generar hasta medio millón de nuevos puestos de trabajo.

Inversiones sostenibles

La historia del reciclaje es relativamente reciente y su industria enfrenta retos como la inversión inicial de capital para los sistemas de recogida e instalaciones industriales no siempre asumible por los países en desarrollo. En la otra cara de la moneda, la gran industria, más poderosa en fondos, sí tiende a adoptar progresivamente el reciclaje tanto por conciencia medioambiental como por buena imagen corporativa, presión social y desde luego el efecto llamado de normativas nacionales e internacionales favorables.

Otra dificultad del sector es que algunos productos reciclados presentan una calidad menor o son menos duraderos, debido a la fragilidad o las características de los materiales reutilizados. Es el caso de las fibras de papel, por ejemplo, que solo pueden someterse al proceso un número limitado de veces. Así, su rentabilidad varía respecto a otro tipo de materiales como el aluminio, con una capacidad en teoría infinita de reciclarse en nuevos objetos.

Un esfuerzo colectivo

En todo caso, y como decía Ranjit Baxi, el concepto y la actividad del reciclaje va mucho más allá de las cuestiones técnicas y económicas, implica un esfuerzo colectivo que emplaza a toda la sociedad: desde los hábitos ciudadanos en la separación de residuos para facilitar el ciclo de reciclaje, hasta las administraciones públicas que deben facilitar ese servicio, junto con otras medidas como los etiquetados con información sobre el uso de materiales reciclados en los productos.

Y desde luego el reciclaje multiplica su beneficio medioambiental cuando se une a otras dos buenas prácticas para formar la alianza de las tres erres: reciclar, reutilizar y reducir los desechos, según la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos.

La buena educación

Asociaciones como Ecoembes (española, sin ánimo de lucro, que promueve el ecodiseño y el reciclaje de plástico, latas, briks, papel y cartón) trabajan para aumentar la concienciación social y difundir las buenas prácticas en reciclaje para evitar problemas como las dudas sobre los diferentes tipos de residuos. Los errores en la separación de desechos (plásticos, orgánicos, vidrio, papel y cartón, pilas y baterías, etc.) pueden producir “contaminación” al mezclarse materiales, lo que incrementa el costo del procesamiento y por lo tanto reduce la rentabilidad.

De ahí la importancia de consejos como quitar los tapones metálicos, corchos o pajitas de botellas de vidrio y briks, no arrojar las bolsas de plástico en los contenedores de papel y cartón, vaciar de líquidos y restos de alimentos los recipientes o retirar cintas adhesivas o grapas las cajas.

El círculo perfecto

«Como sociedad, si todos reciclamos, habremos pasado de una economía lineal de extraer, fabricar y desperdiciar, a una que sea más circular, que mantenga los materiales en nuestra economía y no permita que se desperdicien en los vertederos. Eso supondría enormes beneficios ambientales, económicos y sociales”, explican desde Keep America Beautiful.

“Si cada estadounidense —continúa esta asociación, la mayor dedicada a “la mejora comunitaria” del país— reciclara una sola botella de plástico, se podrían producir más de 54 millones de camisetas o alrededor de 6,5 millones de chaquetas de lana. Al reciclar una sola lata de aluminio por ciudadano se reducirían las emisiones de gases GEI en una cantidad equivalente a sacar de la carretera 6.750 automóviles y se ahorraría una energía equivalente a 80.000 barriles de petróleo. Con una sola bolsa de plástico por ciudadano, podrían fabricarse 28.906 bancos de parque”.

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